El momento en el que debemos decidir si contratar a una cuidadora de ancianos interna es un proceso lento que refiere de un tiempo de introspección y reflexión de todos los participantes en la decisión. La misma no debe ser tomada precipitadamente, porque esto podría lastimar tanto a nuestros mayores como a nosotros.
La mayoría de las personas podemos en este punto experimentar culpa por no poder ayudarles nosotros o dudas sobre si serán bien atendidos por otra persona que no sea un familiar. Pero debemos ser conscientes de que el paso del tiempo es inevitable, y nuestras labores y responsabilidades nos impiden cuidar de ellos como quisiéramos, de manera tal que la mejor opción será contratar a una profesional idónea que haga este trabajo por el bien de nuestros padres y nuestro.
Ventajas de contratar a una cuidadora de ancianos interna sobre otras opciones
Cuando la vejez de nuestros seres queridos les impide llevar a diario una vida autónoma e independiente, es menester conseguirles ayuda. Suele haber tres opciones frente a esto: contratar un lugar en una residencia donde reciban atención y puedan seguir con su vida; llevarlos a vivir a la casa de algún integrante de la familia o, también, contratar los servicios de una cuidadora de adultos mayores.
La ventaja principal de esta última opción es que el adulto mayor podrá seguir disfrutando su espacio, su casa, sus cosas; algo que para ellos es vital. Contratar a una cuidadora profesional nos hará sentirnos tranquilos y confiados de que estarán bien en tanto sabemos también que no hemos modificado drásticamente su vida.
En este punto, se recomienda considerar en el seno familiar la opinión de cada integrante de ésta respecto de la decisión, la opinión del protagonista (obviamente) así como la de su médico de cabecera.
Consideraciones
Una vez se haya decidido ir por el camino de contratar una cuidadora de ancianos interna debemos considerar el estado de salud de nuestros adultos: no es lo mismo un abuelo que se recupera de una operación ósea que uno que lucha contra el Alzheimer, por ejemplo. Hay que evaluar qué tipos de cuidados necesitará y que otros tipos de ayudas eventualmente se le pedirán a la cuidadora (tareas del hogar, compras, etc.). Esto se deberá comunicar de manera clara y sin lugar a malentendidos a la profesional durante la contratación.
Por último, es muy importante considerar el carácter y personalidad de nuestros adultos; no todos somos iguales ni reaccionamos de la misma manera a este tipo de cambios. Alguien de la familia deberá sentarse con nuestro adulto mayor y explicarle la situación, hablar de ello, sin pelos en la lengua. Esto hará que él se sienta parte de la decisión y preparará el camino para la incorporación de una nueva persona en la vida hogareña.
Ahora sí la familia estará preparada para el proceso de entrevistas y selección de la profesional que se hará cargo de los cuidados del abuelo. Si llegasteis hasta aquí, os recomendamos echar un vistazo a nuestro post de Maid in Barcelona en el cual os damos algunos consejos a tener en cuenta a la hora de escoger una cuidadora de ancianos interna.