La disfagia en ancianos es un trastorno de la deglución que afecta a cada vez más personas. Este enfermedad se caracteriza por generar dificultades para tragar alimentos, líquidos o incluso, saliva. Tal condición, lógicamente, suele tener un impacto negativo muy grande en la calidad de vida de nuestros adultos mayores, ya que puede provocar en el mediano plazo otros síntomas muy dañinos como la desnutrición, deshidratación, neumonía aspirativa y una consecuente disminución del bienestar emocional.
¿Qué provoca la disfagia en ancianos y cómo podemos aplicar un tratamiento que ayude a evitarla o, al menos, paliarla una vez presentada?
Causas de la disfagia en ancianos
La disfagia en ancianos está provocada por tres causales primordiales, que pasamos a describir:
- Debilidad muscular, provocada por el envejecimiento. El paso de los años debilita los tejidos y los músculos de la boca y la garganta, dificultando el proceso de deglución.
- Condiciones médicas que son consecuencia de un cuadro clínico. Muchas veces la disfagia en ancianos es causada por el deterioro asociado a otras enfermedades, tales como los ACV o accidente cerebrovascular, el mal de Parkinson o la simple demencia.
- Efectos secundarios de la medicación. Algunos medicamentos causan en nuestros abuelos extrema sequedad en la zona boca o debilitan directamente los músculos que se utilizan en la deglución, causando graves problemas de disfagia.
Sea cual sea él motivo, lo más importante para combatir este trastorno es poder detectarlo a tiempo, antes de que se agrave.
¿Cómo identificar la disfagia en ancianos?
Y justamente, en tal aspecto, está el quid de la cuestión, ya que se trata de una problemática muchas veces muy difícil de identificar. Entonces, ya sea si trabajamos en el cuidado de personas mayores como si hemos contratado un servicio, en ambos casos es importante estar bien atento a que nuestro paciente no esté padeciendo un trastorno de este tipo y no lo estemos detectando.
Para darnos cuenta de que nuestro ser querido o paciente sufre de disfagia, podemos prestar atención a que muestre alguno de los siguientes síntomas:
- Observar que tenga sensación de obstrucción o de dificultad para tragar y que no lo comente. Es bueno preguntarle, de alguna manera, para saber si eso le está sucediendo.
- Que muestre tos o que se atragante de forma relativamente habitual durante o después de comer o beber.
- La pérdida de peso no intencional debido a la falta de ingesta adecuada de alimentos es un síntoma claro, aunque debemos estar muy atentos a identificarla a tiempo, antes de que sea tarde.
A continuación te damos algunos consejos para combatir la disfagia en adultos mayores mediante útiles estrategias.
Ejercicios para la disfagia en ancianos: cómo combatirla
A continuación te damos algunos consejos para lidiar con la disfagia en personas de la tercera edad. En este sentido, lo primero que hay que decir es que, realmente antes que nada, es imperiosamente necesario lograr un diagnóstico preciso y la evaluación de un médico para determinar la causa subyacente de la disfagia y establecer el plan de tratamiento adecuado.
Es decir, no diagnostiques al paciente tú más bien, comprende que tu rol como cuidador de ancianos es acompañarle en lo que puedas, cuidarlo en los tratamientos y ejercicios y motivarle para que no decaiga su bienestar emocional y espiritual.
Una vez diagnosticada la Disfagia en ancianos correctamente, seguramente el médico nos dará una modificación de la dieta. Se pueden hacer ajustes en la textura y la consistencia de los alimentos para que sean más fáciles de tragar. Un anciano con disfagia deberá intentar con alimentos triturados o en puré, así como se suele aconsejar emplear espesantes para los líquidos.
Los terapeutas del habla y los patólogos ayudan a los ancianos a mejorar la fuerza y el control muscular necesarios para tragar de manera segura con ejercicios diseñados específicamente. Consultar con un especialista de estos ramos será una gran idea.
Una pequeña conclusión, si nos permites
Para finalizar, no queremos dejar de recordarte que lo mejor que podemos hacer como cuidadores de personas mayores es contribuir a crear un entorno de seguro y cómodo para el paciente a la hora de comer, en donde se coloque con una postura física adecuada y en un ambiente tranquilo.
Realmente, muchas veces no nos hacemos una idea de cuánto favorece a nuestro abuelos el entorno amigable a la hora de ingerir alimentos. Un contexto de relajación y bienestar les ayuda a ablandar los músculos y dominar la mente, lo que tiene muchísimo que ver con esta patología.